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domingo, 24 de marzo de 2024

Reflexion

 En un pequeño pueblo escondido entre las montañas, donde las nubes parecían acariciar las cimas y el aire fresco susurraba antiguas leyendas, vivía un anciano conocido como El Sabio de las Estrellas. Su nombre era Elías, y se decía que poseía conocimientos que trascendían el tiempo y el espacio. La gente del pueblo a menudo se reunía alrededor del fuego para escuchar sus historias sobre el universo, la vida y la existencia de Dios.

Una noche, mientras las llamas danzaban al ritmo del viento y las estrellas titilaban como si estuvieran atentas a la conversación, una joven llamada Amara se atrevió a hacer la pregunta que todos llevaban en el corazón pero que nunca se habían atrevido a formular en voz alta: “Elías, tú que has contemplado el cielo y has conversado con los astros, ¿puedes decirnos quién es Dios?”

El anciano miró a la multitud con ojos profundos y serenos, y tras una pausa que pareció eterna, comenzó a relatar:

"En mis años de juventud, cuando mi cabello aún no había sido besado por la plata de la luna, me hice a mí mismo esa misma pregunta. Y así, emprendí un viaje en busca de la respuesta. Viajé a través de desiertos abrasadores y bosques susurrantes, escalé las montañas más altas y me sumergí en los océanos más profundos. Busqué en templos antiguos y en las páginas amarillentas de libros olvidados. Pero la respuesta a ‘¿Quién es Dios?’ no se encontraba en ningún lugar específico ni en objeto alguno.

Fue entonces cuando me di cuenta de que Dios no es una entidad que se pueda definir con palabras o encerrar en conceptos humanos. Dios es la experiencia de la vida en todas sus formas, la chispa de luz en la oscuridad, el hilo invisible que conecta todo lo que existe. Dios es el amor incondicional, la compasión infinita, la sabiduría eterna y la justicia perfecta. Es el misterio más grande y el descubrimiento más íntimo."

Los aldeanos escuchaban en silencio, colgados de cada palabra, cada metáfora, cada pausa. Amara, con los ojos brillantes de lágrimas y el corazón lleno de una comprensión nueva, susurró: “Entonces, Dios está en todo y en todos…”

Elías asintió con una sonrisa suave y concluyó: “Así es, Amara. En la bondad de un extraño, en la belleza de un amanecer, en la fuerza de un río y en la ternura de un abrazo. En cada acto de bondad, en cada gesto de amor, en cada momento de verdad, ahí encontrarás a Dios.”

Elías, con la mirada perdida en el cielo estrellado, continuó su relato. “Cada cultura y cada religión han intentado definir a Dios a su manera, con nombres y formas distintas. Pero la esencia de Dios es la misma en todas partes: es la fuente de toda creación, el principio y el fin de todo lo que conocemos y lo que aún está por descubrir.”

Amara, aún cautivada por las palabras del anciano, preguntó: “¿Cómo podemos conocer a Dios, si es tan inmenso e indefinible?”

El Sabio de las Estrellas sonrió y respondió: “La búsqueda de Dios es un viaje personal e intransferible. No se trata de encontrar respuestas definitivas, sino de aprender a hacer las preguntas correctas. Se trata de vivir con propósito, con amor y con la voluntad de ser mejor cada día. En ese esfuerzo, en esa búsqueda, es donde realmente comenzamos a entender quién o qué podría ser Dios.”

La conversación se extendió hasta altas horas de la noche. Uno a uno, los aldeanos compartieron sus propias experiencias y percepciones sobre Dios. Algunos hablaron de milagros y señales divinas, otros de la belleza de la naturaleza y la complejidad del universo. Cada historia era única, pero todas tenían un hilo común: la presencia de algo más grande que ellos mismos, algo que daba sentido y conexión a sus vidas.

A medida que la noche avanzaba, el fuego se reducía a brasas y el cielo comenzaba a clarear anunciando el amanecer, Elías concluyó: “Quizás la pregunta más importante no sea ‘¿Quién es Dios?’, sino ‘¿Cómo vivimos nuestras vidas en presencia de tal misterio?’. La verdadera comprensión de Dios puede que no resida en las respuestas que obtenemos, sino en la calidad de las vidas que llevamos y el amor que compartimos.”

Con el primer rayo de sol iluminando su rostro, Amara se levantó y, con una sensación de paz y asombro, agradeció al anciano. “Gracias, Elías, por guiarnos en esta reflexión. Hoy siento que cada uno de nosotros ha encontrado un pedazo de cielo en su corazón.”

Y así, con el despertar de un nuevo día, los aldeanos regresaron a sus hogares, llevando consigo la semilla de una pregunta eterna y la esperanza de que, en su búsqueda, encontrarían no solo a Dios, sino también la mejor versión de sí mismos.

sábado, 23 de marzo de 2024

Las Bolitas



Recuerdo con cariño aquellos días en el colegio, cuando los patios se llenaban de risas y emocionantes competencias de bolitas. ¿Quién no se emocionaba al sacar su bolsillo lleno de esas pequeñas esferas brillantes? Las bolitas eran como tesoros, y cada una tenía su propia historia.

A las bolitas era uno de los juegos más populares. Para jugarlo, dibujábamos un círculo en la tierra y cada niño colocaba una cantidad acordada de bolitas dentro. Luego, con destreza y estrategia, lanzábamos nuestras bolitas intentando sacar las de los demás. Si tu bolita quedaba dentro del círculo, se decía que se había “ahogado” y debías retirarte del juego. ¡Era una batalla de habilidades y nervios!

Y luego estaba la troya, un juego derivado de las bolitas. En la troya, también dibujábamos un círculo en el suelo. Cada jugador ponía sus bolitas dentro y, por turnos, intentábamos lanzar nuestras bolitas para sacar las de los demás. ¡Era como una versión miniatura de las guerras épicas!

Otro juego de bolitas bastante popularizado era la hachita y cuarta. Consistía en que, una vez seleccionado el que iba a iniciar el juego, sacaba su bolita del hoyo y la lanzaba a “chitar” a la de su compañero. Si lograba marcar con la mano una medida llamada “cuarta” (del pulgar al meñique con la mano extendida) y lanzaba su bolita al hoyo, ganaba. ¡Era una competencia de precisión y destreza!

Además, había los tres hoyitos, donde debíamos lanzar la bolita y tratar de hacerla entrar en uno de los tres pequeños agujeros en el suelo. Cada hoyito tenía su propio puntaje, y ganaba el que acumulaba más puntos al final.

Las expresiones que usábamos durante estos juegos eran parte de la magia. ¡“Marullo, Marullo!” para desconcentrar al oponente, o el clásico “Por aquí pasó Pilatos, diciendo mil garabatos”. Cada partida era una aventura llena de risas y camaradería.

Las bolitas venían en diferentes tamaños y materiales: cristal, acero, piedra o barro cocido y pintado. Las más pequeñas las llamábamos “ojito de gato”, y la más grande era el “bolón”. Y no puedo olvidar los tiros de bronce, que a veces conseguíamos de los catres de los abuelos. ¡Qué tiempos aquellos!

Así que aquí está mi recuerdo emotivo: el sol brillando en el patio, las risas de los amigos y la emoción de lanzar una bolita perfecta. ¡Esos momentos quedan grabados para siempre en nuestra memoria!

viernes, 22 de marzo de 2024

Gondola Carril

 

Góndola Carril





La Góndola Carril es un servicio turístico patrimonial que opera entre Los Andes y Río Blanco durante los meses de otoño, invierno y primavera desde hace 15 años. Sube 34 kilómetros por la antigua vía que correspondía al Ferrocarril Trasandino Central que unía Los Andes con Mendoza.

Se trata de un antiguo bus, que data de la década de 1920 y tiene capacidad para 27 personas en butacas dobles. Usualmente se ocupaba para el transporte de turistas hacia el Hotel Portillo y luego para faenas de mantenimiento de vía.10:00 horas: Presentación en ex maestranza de los Andes

Visita a la maestranza, donde puede conocer las antiguas locomotoras y coches del Ferrocarril Transandino. 10:20 horas: Salida tren Góndola Carril

Durante el viaje se detiene en la estación de Vilcuya y en el Salto del Soldado13:00 horas: Llegada a Río Bueno

Almuerzo en la Hostería Los Ventiqueros de Guadia Vieja, consistente en empanada de pino, cazuela de ave, postre y bebestible (bebida, cerveza o copa de vino). 16:30 horas: Regreso desde Río Bueno
19:00 horas: Arribo a Los Andes
Los horarios de arribo del tren son absolutamente referenciales y podrán variar por motivos de fuerza mayor o por la circulación de trenes de carga

jueves, 21 de marzo de 2024

Ferrocarril Red Central

Red Central: La columna vertebral de Chile

Introducción:

La Red Central de Ferrocarriles del Estado, con sus 1.403 kilómetros de extensión, era la columna vertebral del transporte en Chile a finales del siglo XIX. Conectaba las principales ciudades y puertos del país, impulsando el desarrollo económico y la integración social.

Descripción de la Red:


La Red Central se dividía en tres secciones:



1ª Sección:Unía Valparaíso con Santiago y Los Andes, con una longitud total de 231.9 kilómetros.
Esta sección incluía la desafiante ruta a través de la Cordillera de los Andes, un hito de la ingeniería ferroviaria.


2ª Sección:Conectaba Santiago con Talca, Melipilla, San Fernando y Pelequén, con una longitud total de 423.4 kilómetros.
Esta sección era vital para el transporte de productos agrícolas y ganaderos desde el Valle Central hacia la capital.

3ª Sección:Unía Talca con Talcahuano, Temuco y otras ciudades del sur, con una longitud total de 738.4 kilómetros.
Esta sección era crucial para el desarrollo de la Araucanía y la conexión con el Biobío.
1ª Sección:                        Kilómetros

De Valparaíso a Santiago 186.9

De las Vegas a Los Andes  45
Total:  
                           231.9
2ª Sección:
De Santiago a Talca       250.4

De Santiago a Melipilla  62

De San Fernando a Alcones 82

De Pelequen a Peumo       29
Total:                            423.4

3ª Sección:

De Talca a Talcahuano 333.4

De Parral a Cauquenes 50

De Coigüe a Mulchen  41

De Santa Fe a Los Ángeles 22

De Roblería a Temuco 147

De San Rosendo a Traiguen 145
Total:                                 738.4

Características técnicas:La trocha de la Red Central era de 1.68 metros, permitiendo la circulación de trenes de carga y pasajeros.
Los rieles eran de acero, con diferentes tipos según el uso y las condiciones del terreno.
En 1900, se estandarizó el diseño de los rieles para asegurar la seguridad y eficiencia del sistema ferroviario.

Importancia económica:La Red Central era fundamental para la economía del país.
Facilitaba el transporte de productos agrícolas, minerales, manufacturas y otros bienes, impulsando el comercio y la industria.
La red también era crucial para el transporte de pasajeros, conectando a las familias y facilitando el turismo.



Conclusión:

La Red Central de Ferrocarriles del Estado, con su vasta extensión y su impacto en la economía y la sociedad chilena, nos recuerda el papel crucial del transporte ferroviario en la historia del país. Su legado continúa inspirando a las futuras generaciones a construir un futuro mejor conectado.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Ferrocarril La Serena

3. Ferrocarriles de Coquimbo: Rumbo al norte y al sur


Introducción:

En el corazón de la provincia de Coquimbo, nos encontramos con la red de Ferrocarriles de Coquimbo, un sistema vital que conectaba ciudades, puertos y pueblos, impulsando el desarrollo regional.

Descripción de la red:

La red de Coquimbo comprendía dos líneas principales:

A. Ferrocarril de Coquimbo:Partía de La Serena y llegaba a la Puntilla, cerca de Ovalle, con una longitud total de 123 kilómetros.
Su trocha era de 1.68 metros, permitiendo el transporte de carga y pasajeros.
Contaba con dos ramales: uno al puerto de Guayacán y otro de Higuerilla a Panulcillo.

B. Ferrocarril de Ovalle a San Marcos:Partía de Ovalle hacia el sur, con una trocha de 1 metro.
En 1896, solo 24 kilómetros de los 62 kilómetros totales estaban en operación.

Construcción y expansión:El Ferrocarril de Coquimbo fue construido por una empresa privada en 1861, destacando la sección de la Cuesta de Las Cardas por su complejidad técnica.
En 1895, el Estado adquirió la red para mejorar el servicio y reducir las tarifas.
Se proyectaba un tercer ferrocarril para unir La Serena con Rivadavia, pasando por Vicuña, con una extensión de 81 kilómetros.

Importancia económica:La red ferroviaria era fundamental para el desarrollo económico de la región.
Facilitaba el transporte de productos agrícolas, minerales y otros bienes, impulsando el comercio y la industria local.
La sección de la Cuesta de Las Cardas era crucial para el transporte de cobre desde las minas del interior.


Estación La Serena (1861) -



Conclusión:

Los Ferrocarriles de Coquimbo, con su rica historia y su impacto en la economía regional, nos recuerdan la importancia del transporte ferroviario en el desarrollo de Chile. Su legado continúa inspirando a las futuras generaciones a construir un futuro mejor conectado.

martes, 19 de marzo de 2024

Ferrocarril El Huasco Vallenar

 Ferrocarril de Huasco: Conectando el mar con el valle

Introducción:

Continuando nuestro viaje por la Sección Norte de los Ferrocarriles del Estado, nos adentramos en el corazón del Ferrocarril de Huasco, una línea vital que conectaba el puerto de Huasco con la ciudad de Vallenar.

Descripción del Ferrocarril:

Inaugurado en 1893, el Ferrocarril de Huasco tenía una longitud de 50 kilómetros y una trocha de 1 metro. Su construcción, incluyendo el muelle en Huasco, tuvo un costo de 465.427 pesos.

Perfil longitudinal:

El ferrocarril ascendía gradualmente desde el puerto de Huasco hasta Vallenar, cruzando un variado paisaje de valles y montañas. La siguiente tabla muestra la altura sobre el nivel del mar de las principales estaciones:


EstacionesDistancia (Km)Altura (s.n.m.)
Huasco 0 0
Huasco Bajo 5 22
Freirina 15 81
Bodeguillas 27 180
Loncomilla 35 296
Buena Esperanza 41 355
Vallenar 50 379

Importancia económica:

A pesar de las dificultades y las pérdidas económicas en la mayoría de los años, el Ferrocarril de Huasco era fundamental para el desarrollo económico de la región. Facilitaba el transporte de productos agrícolas, minerales y otros bienes, impulsando el comercio y la industria local.


Imagen 1: Estación Huasco (1893) -




Conclusión:

El Ferrocarril de Huasco, con su desafiante recorrido y su impacto en la economía regional, nos recuerda el papel crucial del transporte ferroviario en la historia de Chile. Su legado continúa inspirando a las futuras generaciones a construir un futuro mejor conectado.

lunes, 18 de marzo de 2024

Ferrocarril Chañaral

 


Ferrocarriles del Estado: Un viaje a través del tiempo 

Introducción:

En un viaje a través del tiempo, nos embarcamos en un fascinante recorrido por la historia de los Ferrocarriles del Estado de Chile. A través de imágenes, datos y descripciones detalladas, exploraremos la Sección Norte, adentrándonos en el corazón del Ferrocarril de Chañaral.

Estación Chañaral:




La imagen nos muestra la imponente estación de Chañaral, punto de partida de nuestro viaje. Construida en 1867, con su arquitectura de estilo victoriano, refleja la importancia del ferrocarril como motor del desarrollo regional.

Descripción del Ferrocarril:

El Ferrocarril de Chañaral, con una extensión de 65 kilómetros, se extendía desde Chañaral hasta la estación del Salado, contando con un ramal a Las Ánimas. La trocha de 1.06 metros y la gradiente máxima de 6% permitían el transporte eficiente de minerales y pasajeros.

Material rodante:

El ferrocarril contaba con 7 locomotoras, 8 aljibes montados sobre carros, 3 coches de pasajeros, 1 coche de equipaje y 74 coches de carga, además de 7 volandas. Esta dotación, aunque modesta, era crucial para el funcionamiento del ferrocarril.

Importancia económica:

A pesar de las dificultades y las pérdidas económicas, el ferrocarril era vital para la industria minera de la región. Su adquisición por parte del Estado en 1888 evidenció la importancia estratégica del ferrocarril para el desarrollo del país.

Expansión y futuro:

En 1906, el ramal a Las Ánimas se extendió hasta Los Pozos, impulsando la actividad minera y conectando a las comunidades locales. Esta expansión marcó un hito en la historia del ferrocarril, consolidando su papel como eje del progreso regional.


 Mapa del Ferrocarril de Chañaral -



Conclusión:

El Ferrocarril de Chañaral, con su rica historia y su rol fundamental en el desarrollo regional, nos invita a reflexionar sobre la importancia del transporte ferroviario como símbolo de progreso y conexión. Su legado continúa inspirando a las futuras generaciones a construir un futuro mejor.

jueves, 14 de marzo de 2024

Estacionde Trenes Panguilemu

 Estación Panguilemu


Estación Panguilemo: un suspiro en el tiempo, un rincón donde los raíles se entrelazan con la historia y los vientos llevan consigo los ecos de locomotoras que alguna vez surcaron sus andenes. Enclavada en el corazón de la Región del Maule, la estación Panguilemo es mucho más que un punto kilométrico en la Red Sur de EFE; es un testigo silente de los sueños y las nostalgias que han cruzado sus vías.

Corría el año 1874 cuando los cimientos de esta estación se fundieron con la unión de dos ferrocarriles: el FC Talcahuano a Chillán y Angol y el FC de Santiago a Curicó. Fue entonces cuando Panguilemo alzó sus brazos de madera y ladrillo, abriendo sus puertas al vapor y al silbido de las locomotoras. Los viajeros, con sus maletas cargadas de esperanzas y despedidas, encontraron refugio en sus andenes. Las madrugadas se llenaban de humo y el eco de los pasos resonaba en la quietud del amanecer.

Panguilemo no era solo un lugar de tránsito; era un punto de encuentro. Los enamorados se despedían bajo la sombra de sus techos, prometiéndose reencuentros en las estaciones futuras. Las familias se abrazaban, los niños corrían entre los vagones y los vendedores ambulantes ofrecían sus mercancías con la destreza de quien conoce cada rincón del andén.

Los años pasaron, y Panguilemo siguió siendo un faro en la ruta. Las locomotoras de vapor dieron paso a las diésel, y los rieles se extendieron hacia el sur. Pero la esencia de la estación permaneció inmutable. Los atardeceres pintaban de naranja sus ventanas, y las luces titilantes anunciaban la llegada de un nuevo convoy. Los viajeros, con sus boletos en mano y sus sueños en la mirada, seguían cruzando sus puertas.

Hoy, Panguilemo no contempla detenciones regulares. Su oficina de control de tráfico de EFE sigue operando, coordinando los trenes de carga y los pasajeros que viajan hacia o desde el sur. La estación se yergue paralela a la Ruta 5 Sur, como un testigo silencioso de los tiempos que fueron y los que vendrán.

En cada tablón de madera, en cada riel oxidado, late la memoria de los que pasaron por aquí. Panguilemo es más que una estación; es un poema de hierro y nostalgia. Sus paredes guardan secretos, sus andenes susurran historias y su reloj sigue marcando el tiempo, como si las agujas se negaran a detenerse.

Así, entre el vaivén de los trenes y el murmullo de los vientos, Panguilemo sigue siendo un faro en la ruta, una pausa en el viaje, un abrazo en la distancia. Porque las estaciones no son solo edificios; son los latidos de un país que se mueve sobre rieles, un país que sigue soñando y despidiéndose en cada andén y tu blogMisEntornos te lo trajo a tu memoria.

misentornos.cl

domingo, 18 de febrero de 2024

Constitucion

Constitución: Un viaje al corazón del Maule



Hola mis queridos seguidores de Mis Entornos! Soy Carlos Cortés y hoy quiero llevarlos a un viaje al pasado y al presente en una ciudad llena de historia, cultura y belleza natural: Constitución, ubicada en la desembocadura del Río Maule.

Un viaje a través del tiempo

Constitución te invita a recorrer sus calles y descubrir su rico patrimonio histórico. Visita la Casa de la Cultura, que alberga un museo con piezas que datan de la época colonial, o camina por el Muelle Fiscal, una construcción de madera que data del siglo XIX.

Un paraíso para los amantes de la naturaleza

Constitución te ofrece una variedad de paisajes para disfrutar. Recorre sus playas de arena blanca, pasea por la Reserva Nacional Los Queñes y observa la flora y fauna local, o navega por el Río Maule y disfruta de la tranquilidad del entorno.

Un destino para todos

No importa si buscas un fin de semana de relax, una aventura llena de emociones o un viaje para conectar con la cultura y la historia, Constitución tiene algo para ti.

Los imperdibles de Constitución:

  • Muelle Fiscal: Una construcción de madera del siglo XIX que ofrece una vista panorámica del río y el mar.
  • Casa de la Cultura: Un museo con piezas que datan de la época colonial.
  • Reserva Nacional Los Queñes: Un bosque nativo con una gran variedad de flora y fauna.
  • Playas de Constitución: Disfruta de sus playas de arena blanca y aguas cristalinas.
  • Gastronomía local: Saborea platos típicos de la zona con productos frescos del mar y del campo.

¿Te animas a descubrir un destino lleno de historia, cultura y belleza natural?

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